Ir al contenido principal

Mar y Luna - Francisco Buarque de Hollanda

Amaron su amor urgente,
las bocas saladas por vientos de agua,
la espalda azotada en las tempestades
de aquella ciudad
distante del mar.

Amaron el amor sereno,
de nocturnas playas,
subieron sus faldas,
la Luna testigo de su felicidad
en aquella ciudad
de ausencia lunar.

Amaban su amor prohibido,
pues hoy ya es sabido,
la gente enterada,
una iba mareada,
grávida de Luna,
y la otra desnuda,
ávida de mar.

Y fueron quedando marcadas,
entre carcajadas, con escalofríos,
mirando hacia el río tan lleno de Luna
que aún continúa
corriendo hacia el mar.

Siguieron el río hacia abajo,
rodando en su lecho,
tragando el agua,
flotando entre algas,
arrastrando hojas,
cargando flores,
deshaciéndose.

Y fueron formando peces,
formando conchas,
formando piedras,
formando arena,
plateada arena,
con Luna llena
y junto al mar.



Amaram o amor urgente / As bocas salgadas pela maresia / As costas lenhadas pela tempestade / Naquela cidade / Distante do mar// Amaram o amor serenado / Das noturnas praias / Levantavam as saias / E se enluaravam de felicidade / Naquela cidade / Que não tem luar // Amavam o amor proibido / Pois hoje é sabido / Todo mundo conta / Que uma andava tonta / Grávida de lua / E outra andava nua / Ávida de mar // E foram ficando marcadas / Ouvindo risadas, sentindo arrepios / Olhando pro rio tão cheio de lua / E que continua / Correndo pro mar // E foram correnteza abaixo / Rolando no leito / Engolindo água / Boiando com as algas / Arrastando folhas / Carregando flores / E a se desmanchar // E foram virando peixes / Virando conchas / Virando seixos / Virando areia / Prateada areia / Com lua cheia / E à beira-mar //

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cecilia - Francisco Buarque de Hollanda

Cuántos artistas entonan baladas para sus amadas con grandes orquestas. Cómo los envidio, cómo los admiro yo que te veo y casi ni respiro. Cuántos poetas, románticos, prosas, exaltan sus musas con todas las letras. Yo te murmuro, yo te suspiro yo, que deletreo tu nombre en lo oscuro. ¿Me escuchas, Cecilia? Pero te llamaba en silencio. En tu presencia palabras son brutas. Puede ser que, entreabiertos, mis labios levemente temblasen por ti, mas ni las sutiles melodías merecen, Cecilia, tu nombre esparcido por ahí. Como tantos poetas, tantos cantores, tantas Cecilias con mil reflectores. Yo, que no lo digo mas ardo de deseo, te miro, te guardo, te sigo, te veo dormir. ¿Me escuchas, Cecilia? Pero te llamaba en silencio. En tu presencia palabras son brutas. Puede ser que, entreabiertos, mis labios levemente temblasen por ti, mas ni las sutiles melodías merecen, Cecilia, tu nombre esparcido por ahí. Como tantos poetas, tantos cantores, tantas Ceci...

Otra noche - Francisco Buarque de Hollanda

Otra noche, otro sueño. Como si soñase el sueño de otro dueño. Otro humo, otra ceniza, otra mañana. Muerdo la fruta, otro el jugo. Ando por la misma casa, otro aplomo. Otra sombra, otoño, lluvia, temporal. ¿Acaso no vi ya, de modo impersonal y en tiempo diferente un día extrañamente igual? Días iguales, avaricia de Dios, pasando indiferentes por mis extrañados ojos. Otros ojos en tu rostro. Pronuncio tu nombre y ya tu nombre es otro. Otra bruma, sombra de otro sueño,  alguien. Junio matinal, otoño, octubre y más.