Ir al contenido principal

Otra noche - Francisco Buarque de Hollanda

Otra noche, otro sueño.
Como si soñase el sueño de otro dueño.
Otro humo, otra ceniza,
otra mañana.

Muerdo la fruta, otro el jugo.
Ando por la misma casa, otro aplomo.
Otra sombra, otoño,
lluvia, temporal.

¿Acaso no vi ya, de modo impersonal
y en tiempo diferente
un día extrañamente igual?
Días iguales, avaricia de Dios,
pasando indiferentes
por mis extrañados ojos.

Otros ojos en tu rostro.
Pronuncio tu nombre y ya tu nombre es otro.
Otra bruma, sombra de otro sueño, 
alguien.

Junio matinal,
otoño, octubre y más.




Outra noite, outro sono / Como se eu sonhasse o sono de outro dono / Outro fumo, uma outra cinza / Outra manhã //
Mordo a fruta, outro é o sumo / Ando pela mesma casa com outro prumo / Outra sombra, outono / chuva temporã //
Será que já não vi de modo impessoal / e em tempo diferente / um dia estranhamente igual? /
Dias iguais, avareza de Deus, / passando indiferentes / por estranhos olhos meus //
Outros olhos no teu rosto / Vou falar teu nome e já teu nome é outro / Outra bruma, sombra de outro sonho, / alguém //
Na manhã de junho / Outono, outubro, além //



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cecilia - Francisco Buarque de Hollanda

Cuántos artistas entonan baladas para sus amadas con grandes orquestas. Cómo los envidio, cómo los admiro yo que te veo y casi ni respiro. Cuántos poetas, románticos, prosas, exaltan sus musas con todas las letras. Yo te murmuro, yo te suspiro yo, que deletreo tu nombre en lo oscuro. ¿Me escuchas, Cecilia? Pero te llamaba en silencio. En tu presencia palabras son brutas. Puede ser que, entreabiertos, mis labios levemente temblasen por ti, mas ni las sutiles melodías merecen, Cecilia, tu nombre esparcido por ahí. Como tantos poetas, tantos cantores, tantas Cecilias con mil reflectores. Yo, que no lo digo mas ardo de deseo, te miro, te guardo, te sigo, te veo dormir. ¿Me escuchas, Cecilia? Pero te llamaba en silencio. En tu presencia palabras son brutas. Puede ser que, entreabiertos, mis labios levemente temblasen por ti, mas ni las sutiles melodías merecen, Cecilia, tu nombre esparcido por ahí. Como tantos poetas, tantos cantores, tantas Ceci...