Oh, pedazo de mí. Oh, mitad alejada de mí, lleva tu mirar, que la saudade es el peor tormento, es peor que el olvido, es peor que mi entreverar. Oh, pedazo de mí. Oh, mitad exiliada de mí, lleva tu señal, que la saudade duele como un barco que poco a poco dibuja un arco y evita así atracar. Oh, pedazo de mí. Oh, mitad arrancada de mí, lleva tu figura, que la saudade es inversa al parto, la saudade es ordenar el cuarto del hijo que ya murió. Oh, pedazo de mí. Oh, mitad amputada de mí, lleva lo que hay de ti, que la saudade duele, palpitante, es como algo punzante en el miembro que ya perdí. Oh, pedazo de mí. Oh, mitad adorada de mí, lava mi mirar, que la saudade es el peor castigo, y no quiero llevar conmigo la mortaja de amar. Adiós.